lunes, 21 de julio de 2014

VISITA AL ALBAICÍN ALTO

El pasado sábado, 19 de julio de 2014, realizamos una visita por una de las zonas del Albaicín menos frecuentadas por turistas. Se trataba de pasear por la ladera urbanizada del Cerro de San Miguel, entre la Puerta de Fajalauza y la Cruz de la Rauda, utilizando la calle San Luis como eje vertebrador.
No obstante, y como habíamos quedado en el mirador de San Cristóbal, nuestro primer punto fue la iglesia y el algibe de igual nombre, donde pudimos comprobar cómo gran parte de los muros exteriores de la construcción religiosa estaban realizados con bordillos de sepulturas musulmanes, procedentes de los cementerios islámicos que en 1501 fueron otorgados como cantera por los Reyes Católicos, para que su piedra fuera usada por las órdenes religiosas y el cabildo eclesiástico.

El grupo en el mirador de San Cristóbal

Las magníficas vistas de la Alhacaba desde el mirador.

Detalle de las lápidas musulmanas utilizadas en la construcción de la Iglesia de San Cristóbal

Entrada al algibe de San Cristóbal


Tras San Cristóbal, se presentó la curiosidad de conocer los restos de la Puerta o Postigo de San Lorenzo, por lo que nos desviámos un poco de nuestra ruta y fuimos a los Cámenes de la Muralla para ver el exterior de la entrada abierta en la muralla, conocida como Cerca de Don Gonzalo. De este modo, aprovechamos para visitar los grafitos que existen en este tramo de muralla y que a comienzos de la temporada 2013-2014, nos enseñó su descubridor, el arqueólogo José Ignacio Barrera Maturana, del que dejamos aquí un enlace para su interesantísimo blog sobre los grafitos históricos:

EL GRAFITO HISTÓRICO

Nosotros visitamos en esta ocasión los grafitos que el estudió y publicó a través del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y cuyo trabajo es consultable en el siguiente enlace:

MAESTROS ALBAÑILES, ARTESANOS Y GRAFITOS HISTÓRICOS

Detalle de uno de los arcos grabados en la muralla de la Cerca de Don Gonzalo.



Seguimos nuestro rumbo hasta la Puerta de Fajalauza, donde vimos que era el sitio por donde entraba el agua de la acequia de Aynadamar y referimos cómo en algunas fotografías de los años 20 se podía ver que la pintoresca estampa del arco apuntado y las almenas sirvieron como elemento escenográfico durante la Semana Santa.

Puerta de Fajalauza en la actualidad

Puerta de Fajalauza en los años 20 del siglo XX


Más abajo, vimos el algibe de la Cruz de Piedra y finalmente la abandonada Iglesia de San Luis, una vergüenza en pleno barrio Patrimonio de la Humanidad, quemada en 1933 y ni siquiera desbrozada en estos ochenta años, pese a haber sido uno de los templos con mayor devoción de Granada a través de la imagen del Cristo de la Luz y su culto de los "siete reviernes"

Detalle del terrible estado en que se encuentra la Iglesia de San Luis

Interior de la Iglesia de San Luis antes del incendio de 1933. Fotos del muro de Facebook de la comunidad pro-Restauración de San Luis

FB de RESTAURACIÓN DE SAN LUIS


Desde ahí, nos internamos hasta la Placeta del Conde para contemplar la réplica de la que fue, sin duda, la más hermosa de las hornacinas granadinas, acercándonos hasta el Carmen de las Tres Estrellas que por una coincidencia, permitió que entabláramos conversación con su joven propietario y nos dejara pasar a ver el patio de la famosa casa en la que se organizaban tertulias literarias a finales del siglo XIX.

Detalle de la copia de la hornacina de la Plaza del Conde
























Detalles de la fachada y del patio interior del Carmen de las Tres Estrellas


Siguió el periplo por la plaza de los Castillas, donde reseñamos la existencia de dos casas moriscas, una de ellas es en la que vivieron los famosos hermanos Quero y pudimos contemplar el estado de ruina absoluta de la casa de la Calle San Buenaventura, la que conserva los azulejos con el titular de la calle.

Casa de los Quero en la Placeta de los Castillas. Recientemente restaurada luce un magnífico techo de azulejos en azul y blanco y restos de grafitos que ya visitamos con José Ignacio Barrera Maturana en 2013

Detalle de los azulejos de la casa que se encuentra en ruinas


Cruzamos la Plaza de Aliatar y constatamos la existencia, también en pésimo estado, de la casa morisca de San Buenaventura 7, para ver también en obras, cuestionables, la de casa morisca de Yanguas.

Estado actual del exterior de la Casa morisca de San Buenaventura, 7

Estado en el que se encontraba la casa en los años 90. Hoy el abandono es mayor todavía.

Desde allí nos dirigímos a la Cruz de la Rauda, pasando por el algibe de Santa Isabel de los Abades, constatando que lo que otrora era un camino que llevaba a un exquisito mirador en mitad de la agreste naturaleza del Cerro de San Miguel, se había convertido desde los años 90 en una fea placeta invadida por coches y casitas que ahogan la torre y han tapado la fabulosa vista del albaicín y de la Alhambra. Curiosamente, el Ayuntamiento ha hecho un pequeño mirador unos metros más arriba para intentar arreglar un desaguisado que no tiene remedio, pues aquella estampa de la Cruz entre pitas, en mitad de la ladera y en el silencio provocado por el recuerdo del cementerio musulmán sobre el que se alza, junto al vacío de respeto arquitectónico al camposanto, provocaba una sensación mística que culminaba la ascensión hasta este paraje.


Dos vistas de como ha quedado encerrada la Cruz de la Rauda
Vista de como ha quedado cortada la vista desde la Cruz de la Rauda

El paraje de la Cruz de la Rauda en 1914. Así se conservó hasta comienzos de loa años 90 del siglo XX



El próximo sábado tendremos nueva visita en la que el oculto río Darro será nuestra columna vertebral.
  

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